Diagnóstico
Cuando una persona padece las manifestaciones características de esta infección fúngica se recomienda asistencia médica. En muchos casos, se puede diagnosticar al momento, ya que las evidencias son habitualmente muy evidentes. En cambio, otras veces el médico realiza un raspado cutáneo o bien una extracción de la piel contaminada por este hongo, para realizar un examen médico a través del microscopio y poder así confirmar o no el diagnóstico.
Tratamiento
En cuanto al tratamiento hay diferentes tipos, pero destacan dos principalmente: el oral y el tópico.
Tratamiento tópico. Es el recomendado en un primer momento de infección, por tanto habitualmente es más utilizado. Consiste en un tratamiento compuesto por antimicóticos, que puede ser aplicado a través de cremas o bien en polvo. Estos medicamentos están compuestos por: clotrimazol, miconazol o tolnaftato. Serán aplicados en la zona afectada, incluso durante las 2 semanas siguientes a que desaparezcan los síntomas para evitar de esta forma un nuevo brote. Además su aplicación no se limitará únicamente al pie afectado, si no que se debe de aplicar en ambos pies, para evitar posible transmisión.
Tratamiento vía oral. El 65% de los casos no desaparecen por completo, por lo que si en un período medio de 2-4 semanas no mejora la infección se debe acudir nuevamente al médico. En este caso, tras la valoración, lo más frecuente es que el médico recete tratamiento oral. Tras una toma diaria de este tratamiento, pasadas unas tres semanas, el pie de atleta debería haber desaparecido casi a su totalidad (al menos un 90%).
Existen otros métodos como la realización de lavados con jabón de sulfato de selenio en la zona dañada, pero siempre que no existan heridas alrededor de ese área. En caso de infecciones con secreciones purulentas, los lavados se realizarán con otro jabón, en este caso con: permanganato de potasio diluido.
En ciertas ocasiones más concretas, se recetará un tratamiento antibiótico, pero sólo cuando el área sea infectada de forma secundaria por bacterias. Esto es característico en zonas del pie que presente pliegues.
Por último, en los últimos años, en el caso del tratamiento cutáneo, destacan las cremas que contienen Bifonazol, que si se aplica diariamente, es probable que tras un periodo de 3 semanas, se haya reducido un 90% la infección por este hongo.
Bibliografía:
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