Tratamiento:
Existen distintos tipos de fármacos antifúngicos, pero los que se utilizan con mayor frecuencia pertenecen a la familia de los azoles y se pueden usar de forma tópica (óvulos y cremas) y de forma oral (pastillas). Algunos ejemplos de estos fármacos son: clotrimazol, fluconazol, itraconazol, ketoconazol. Para evitar la repetición de síntomas tras la terapia antifúngica es importante completar con un tratamiento probiótico que mejore nuestra flora protectora.
Prevención:
Existen algunas medidas para prevenir la infección:
Llevar una dieta sana.
Evitar la ropa interior que no sea de algodón así como la humedad excesiva en la zona.
No utilizar ropa interior ajustada.
No permanecer con el traje de baño mojado.
Especial cuidado con la higiene íntima al limpiarse tras orinar y el coito (limpiarse desde delante hacia atrás).
No usar jabones íntimos no específicos.
No realizar duchas vaginales (se elimina flora vaginal habitual favoreciendo que la cándida prolifere).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.